miércoles

Los ireyes

El día de hoy pasará a la historia como el día en el que sus majestuosas majestades de oriente me trajeron un cigarro electrónico desechable.

Para nada me gustaría menospreciar el esfuerzo de sus majestades porque en realidad es un regalo terriblemente práctico y actual. Podría incluso decir que, a día de hoy, 6 de enero de 2011 d.c, o Día 4 del año 0 d.l.a.t (después de ley antitabaco), el cigarro electrónico es al fumador lo que la Xbox 260 revolution 3D desechable, a un chaval de 12 años? Al final he decidido poner un interrogante, puesto que no estoy muy segura ni de que la Xbox 260 revolution 3D desechable exista, todavía, ni de que esa dudosa afirmación sea cierta.

Realmente aprecio la preocupación y el interés que tanto el actual gobierno como sus majestades los reyes de oriente muestran por mi salud, pero me estoy agobiando.

No me gustaría dramatizar, pero no quiero que mi próximo regalo de reyes sea una sesión de quimioterapia. Entonces, podría hacer chistes de que una sesión de quimioterapia es a un fumador lo que a una madre trabajadora con siete hijos una sesión de spá y relajación en un monasterio de monjes budistas en las montañas del Tibet. Seguramente no tendría ni puta gracia. Pero sí. Hoy quiero frivolizar contigo cáncer, porque te tengo miedo.

Es bastante repugnante ver como las compañías farmacéuticas se frotan las manos mientras yo fumo de un absurdo palo con sabor a intento de vainilla al cual muy acertadamente para sus cajas registradoras le han llamado cigarro electrónico, vamos, igual de repugnante que ver como las compañías tabacaleras se frotaban las manos mientras que cientos de miles de millones de personas fumaban de un absurdo palo al que muy acertadamente llamaron cigarro. Pero es curioso como ahora no hay nada que mole más que el término electrónico, o en su defecto ponerle la tan rentable y futurista –i- a cualquier cosa, mientras más tonta, mejor. Seguro que no hace falta que os recuerde el i-pañal de los i-baby.

No se engañen, seguimos siendo los mismos ingenuos que hace 30 años cuando cantábamos orgullosos tu serás mi baby y abríamos la puerta a todo lo que nos sonaba a americano y a moderno.

Dejando detalles al margen, sigo sin tener una posición concreta sobre el tema. Todo depende de la perspectiva con la que se mire. Y valga una reflexión filosófica del montón, yo no soy solo lo que soy, también soy todo lo demás, no por ser fumadora dejan de afectarme las circunstancias de los demás, pero es más complicado de lo que parece.

Además, no me gustan las batallas campales, ni entre republicanos contra monárquicos, ni entre belén esteban contra la campanario y por supuesto, tampoco entre fumadores y no fumadores, aunque en los debates televisivos se intente ocultar torpemente este hecho metiendo a un fumador entre los proleyantitabaco.

A usted también le han jodido señor, y a usted también le acojona decirle a un no fumador que no le gusta no poder fumarse el cigarro cuando baja de la oficina para tomarse el café, cuando posiblemente ha crecido con un padre que se fumaba su medio paquete de Ducados en el trayecto Badajoz-Huelva y que a nadie se le ocurriese decirle que bajase la ventanilla.

Eso es, somos unos egoístas, pero nos han enseñado tan bien a serlo, que ahora es muy difícil dejarlo.

Yo tampoco quiero que me tachen de antidemocrática y que me vuelvan a repetir la frase top 100 más escuchada esta semana: mi libertad acaba cuando empieza la del otro, pero es lo que hay.

Por último darle la enhorabuena a estos renovados i-reyes que han tenido el detalle de pasar este año por mi casa. Por un lado por como me asombra la forma en la que son capaces de fusionar la modernidad de los tiempos con la tradición ancestral que les precede, me hubiese encantado ver las alforjas de los camellos abarrotadas de ipads, y de e-books, además los establecimientos de compro oro deben de estar muy contentos con ustedes, apuesto a que pronto aparecerán como champiñones los sitios de compro incienso y compro mirra. Y también por mi regalo, agradecerles el ya mencionado cigarro electrónico desechable, porque aunque nunca pensé que estas tres palabras juntas significasen algo, a partir de hoy, voy a dejar de fumar.