viernes

Angela Merkel, si puedes oírme, manda poner papeleras en Villanueva de la Serena.


Estoy confundida. Tengo 23 años y confieso públicamente que soy adicta a las esperanzadas predicciones que Esperanza Gracia realiza para sagitario todas las madrugadas y que además, tomo danacol a diario para cuidar mi corazón. Cuando por las mañanas leo el periódico, tengo ese miedo tan común que diariamente acecha a la mayoría de las familias españolas de clase media, esa terrible sospecha a sufrir un brutal infarto al descubrir que vamos a tener que volver a usar televisores con culo. Admitámoslo, no podemos vivir sin plasma.  La mañana de hoy ha sido doblemente contradictoria, compleja. En una primera premonición matutina he visualizado a los diputados del congreso con una gastroenteritis aguda provocada por la invasión del agua del grifo en sus refinados estómagos parlamentarios acostumbrados al agua mineral, me he alegrado, no por mi premonición, no le deseo mal a nadie, sino por el ahorro. En segundo lugar, ha sido triste leer la noticia sobre la congelación de oposiciones del SES. Con mi danacol en mano he vuelto a imaginar como 40.000 aspirantes en sus mesas camilla mandan mensajes de “salvar belen” al 7777 mientras que engullidos por sus televisores con culo y su adicción a Telecinco ignoran que ha dejado de llover. Y finalmente, ha salido el sol en mi pantalla. Mi heroína, la Esperanza Gracia de la política mundial, Angela Merkel, nos ha salvado.
Con mis miedos a tener que volver a cocinar sin termomix disipados, mi perro y yo salimos a la calle para celebrarlo. Damos el mismo paseo que todos los días pero con alegría, ¿esperanzados?, ¿optimistas?  No, ilusos. Nunca mejor dicho, la misma mierda de todas las tardes nos esperaba en el camino. Y como lamentablemente, mis conocimientos de alemán solo llegan para ir al lidld y no llevarme a casa una desbrozadora en vez de unas salchichas Frankfurt, he tenido que reprimir mis ansias de escribir una carta a la nueva Robin Hood de Europa para hacerle llegar mi más profundo descontento con ese asunto que me ocurre diariamente en mi humilde  localidad, Villanueva de la Serena. Le prometí a mi hermano que intentaría no ser irónica con el tema. Por suerte, al final, llegamos juntos a la conclusión de que no hay nada más irónico que recorrer con la caca de tu perro en la mano alrededor de dos interminables calles, para finalmente, poder tener el enorme placer de tirarla en una papelera de diseño. 

miércoles

Marlene, la vecina soprano. 1


En uno de los balcones que dan a mi calle hay una mujer que canta ópera. Sí. La ópera está muy bien. Te invitan un día de casualidad, te emocionas desde tu confortable asiento, te sientes especial por estar presenciando algo tan único e irrepetible, te crees que es lo más bonito que tus oídos podrán escuchar jamás y eso te entristece a la vez que te alegra porque todo es muy complicado pero aún puedes seguir disfrutando y finalmente, vuelves a tu casa a cenar la ensaladilla rusa que sobró de la comida del mediodía. 
Incluso Julia Roberts, siendo aún una puta de barrio, lloró cuando Richard Gere la llevó a ver una función en su helicóptero privado.
Desgraciadamente, todo lo romántico y poético que pueda parecer este hecho se evapora una tarde cualquiera a las cuatro menos cuarto de la tarde, cuando desde ese anonimato que te otorga la calidad de vecina, te alegras tímidamente de que alguien, más desagradable y valiente que tú, grite desde otro balcón: “que te calles ya, coño”, o cuando te debates amarga y operísticamente entre tragarte todas las pastillas que te sobraron la última vez que fuiste al dentista o atravesarte los oídos con un boli bic.
Me avergüenzo públicamente de esta total falta de respeto y delicadeza al mundo del arte en general y a mi vecina soprano en particular. Pero siempre he pensado que la ópera, como muchas otras artes a las que veneramos hasta el infinito, a parte de ofrecer arte también nos venden su inaccesibilidad.  Y me parece lícito, que conste. Cualquier producto en el mercado además de ser bueno también tiene que tener una personalidad interesante, atrayente. Pero tengo mis dudas de que Julia Roberts se vuelva a emocionar tarde tras tarde tras tarde tras tarde. Sí, mi vecindario y yo hemos perdido la inaccesibilidad y nos han regalado un jodido pase vip Premium free privado, y que queréis que os diga, ha perdido todo el encanto. Y como no me gusta que eso ocurra. Os voy a contar la vida que he imaginado para ella. Seguro que pronto hay largas colas de gente ataviada con carísimos abrigos de piel y bonitos vestidos de seda, que esperan impacientes, nerviosos con binoculares en mano, para poder coger un buen asiento en mi balcón para ver a Marlene, la vecina soprano.


Marlene. Su exótico nombre, sus rasgos suaves y su pelo de un color tan ambiguo como ella, entre ceniza y cerveza, confundían a la gente sobre su raíz. Pero Marlene era de Móstoles y sus padres, y los padres de sus padres, también. Su infancia fue aburrida, demasiado para una chica como Marlene, encerrada en un Móstoles en los 70. Lo que desenvocó en una juventud prometedora, demasiado para una chica como Marlene, encerrada en un Madrid en los 80.
Su creatividad desbordaba por todos lados. Quería ser todo y a la vez no quería ser nada. Sus intereses abarcaban todos los ámbitos posibles y sus mayores preocupaciones eran la música, el sexo, la música, las drogas, la música, la política ah si, y la música. Su madre la enseñó a leer solfeo mucho antes que en el colegio la enseñasen a leer esos estúpidos cuadernillos de ortografía y lectura.
Marlene también quiso aportarle algo al mundo. Disfrutaba de una personalidad tan sumamente arrolladora que con ella pretendía ser un escaparate de sí misma. Su autopublicidad era tan efectiva con los hijos como con los padres.  Estuvo algún tiempo saliendo con Ángel Trejo. Un buen hombre. Guapo, joven y profesor de música de la Universidad Complutense de Madrid. Se había encaprichado de ella, y al igual que muchos profesores acostumbrados a profundizar en gruesos libros y complicadas teorías, olvidó el lado más práctico de la vida, esa pequeña paradoja llamada Marlene, a la que pretendía acercarse con bonitos detalles y hermosos regalos, pero de la que sin embargo, no hacía más que alejarse. 
Aquella fue una época mucho más artificial de lo que Marlene imaginaba. Continuó jugando a nada durante algún tiempo. Era un momento fácil para los soñadores que intentaban huir como ella de la mediocridad. Ignorando que tan sólo es una palabra y que no se puede escapar de una palabra sin consumir LSD o sin volverse completamente loco.
El miedo o una temida madurez no tardaron en estrellarse contra ella. Salpicando todas sus aficiones. Dejó la música y sus trapos en el armario y se envistió en su ropa de faena. Empezó como cajera de un supermercado. Su trabajo era tan creativo como el tomate frito y las salchichas Frankfurt que vendía, pero desafortunadamente, no había más opciones. Fue algún tiempo después cuando decidió escalar profesionalmente y probar suerte en los ya desaparecidos Galerías Preciados, que abrieron muy cerca de su casa.
La suerte estaba de su lado, la colocaron en la sección de ropa masculina. Allí pasaba el día mezclándose con hombres que no acudían a ella precisamente en busca de camisas, corbatas o trajes. En aquella época se volvió mucho más práctica. El sexo comenzó a ser un deporte más que practicaba sin pudor y ningún tipo de criterio. 
Marlene nunca encontró otra forma de hacer las cosas sin rozar hasta arañar la pintura de los extremos. 
Casados, solteros, jóvenes, viejos, guapos, feos, pero todos con tarjetas de crédito dispuestos a engordar las comisiones y la cama de la bonita de Marlene.

domingo

17 cm

- Joder, esta tía está loca. Para ella un señor con marcapasos es un hombre libre que puede volar sin miedo a pitar por los detectores de metales y sin tener que preocuparse por los botecitos de champú. Un día estuvo enredando toda la tarde con un metro y acabó diciendo que la distancia medida en centímetros y que lamentablemente separan a A de B en el mapa del mundo es la misma que hay entre Puri y su marido Manolo cuando se sientan por las noches en el sofá a ver la televisión. La contaminación es visible desde mi terraza pero para ella simplemente es la niebla que desdibuja los edificios en pleno mes de Julio. Ahh y el martes mostraban en el telediario una terrible inundación que arrasaba la ciudad de Palencia y ella feliz porque seguramente mucha gente nunca hubiese tenido la posibilidad de ir a Venecia.
- Por eso está contigo. Eres un idiota.

lunes

Salva al granjero


Mi terrible don para hablar en público junto con mi inexplicable miedo a ser abucheada y definitivamente mi incapacidad para sostener un micrófono y producir sonidos al mismo tiempo me lleva una vez más a esconderme cobardemente por aquí. 
Se ha hablado mucho estos días sobre la famosa #spanishrevolution, la #democraciarealya, el #movimiento15m. La verdad es que nunca la almohadilla se sintió tan útil.
Estoy muy orgullosa de todo lo que está pasando. Hemos dejado claro quiénes son los malos y quiénes somos los buenos, pero eso no significa que no seamos un poco responsables y dependientes del sistema.
Sería genial poder transmitiros la energía que se siente en el km0. Las horas sin dormir se compensan con la pasión de la gente. Es brutal. Aunque tambien es curiosa y peligrosa la mezcla de sensaciones que se pueden experimentar en un corto periodo de tiempo. Justo esta noche al salir de sol pensaba que podría cambiar el mundo, me sentía una superheroína poco convencional y un poco entrada en carnes como para tener que llevar tan ajustadas mallas, pero con la misma fuerza sobrenatural y justo, de camino a casa, pasando por el engatusante escaparate del hym todos mis superpoderes se disiparon a la vez que pensaba “Ohh que bonito, quiero ese precioso vestido para parecer esa modelo y tener un cariñoso y guapísimo novio como el que va a su lado”.
En realidad no me pega para nada dar un discurso sobre nuestras asquerosas vidas materialistas, yo, que con 11 años le revendí a mi primo pequeño e ignorante un tamagochi más falso que judas por 1.500 de las antiguas pesetas para poder comprarme uno de verdad.
Pero os invito a reflexionar y a hacer un pequeño exámen de conciencia. Estoy segura de que hemos perdido al 50% de los lectores al leer la palabra exámen. Pero para los que aún seguís ahí: Tenéis todos un bonito aprobado general.
A mí personalmente las concentraciones en sol y los múltiples debates paralelos me han servido bastante para pensar sobre dos cosas:
1. Necesidades. Qué bonita palabra.
Seguro que quien la inventó no imaginaría que la palabra acabaría siendo prostituida por tantas cosas, a veces tan estúpidas y otras veces tan incompatibles.
Es como imaginar ahora la frase: - Mamá dame dinero, necesito una nave espacial para el colegio. – Y que tu madre te responda- Vete a freir espárragos niño. Es que estoy totalmente convencida de que las frases de madres sobrevivirán al apocalipsis.
Mi lugar en este fregao es bastante paradójico. Por un lado pertenezco a ese selecto grupo de personas que las crean.  Tengo la supuesta potestad para decir: “Un mac es tan necesario y vital como una manzana”, y mucha gente lo cree. Esto es peligroso y además mentira, pero lo verdaderamente gracioso es que os estoy escribiendo desde un imac de 21 pulgadas y media, Intel Core i3 3,06 GHz, con una velocidad de procesador de 3,06 GHz, sistema operativo Mac OS x Snow, Tarjeta gráfica ATI Radeon, Unidad óptica Super drive a 8x con soporte para doble capa. Pero yo es que lo necesito. Además, a la irritante pregunta anual de - ¿Tu que eres más de sky o de snow?, siempre podré responder: - Nunca he ido a esquiar pero tengo un Mac OS x Snow en mi habitación. Gilipollas.
Ahí va mi gran revelación: "Tenemos mucho más de lo que necesitamos". Ohh que grandisima mierda de descubrimiento. Lo sé, no acabo de descubrir el mundo. Pero me apetecía recordaros la cantidad de cosas  que tenemos disfrazadas de supuestas necesidades sin ni siquiera ser época de carnaval.

2. Dinero/Bancos/Chorizos/Jetas/Casquería en general y variada
Ni mucho menos pretendo dar una clase de economía. La suspendí en selectividad y aún no he recobrado la confianza pero tengo una pregunta.
¿cuál es el precio de un tomate? 
Suerte que ayer ví la gran película de Rodrigo Cortés "Concursante", gracias a la cual resumiéndola y destrozándola a mi antojo podré responderme.

En el origen de todo esto, si yo tenía gallinas y tu tenías un huerto con tomates, y yo quiero tomates y tu quieres huevos. El precio de un tomate es un huevo.
En la actualidad seguimos necesitando huevos, por lo que afortunadamente siguen existiendo granjas de gallinas. Pero, ¿Cuántos huevos le costarán al granjero comprar el ordenador que su hijo necesita? ¿Cientos de huevos? ¿Miles de huevos? ¿Millones de huevos? La cosa está clara, el granjero no tiene suficientes huevos para comprar el ordenador. Por lo que necesita ayuda de un prestamista o de un banco para que le fíe lo necesario para comprar el ordenador mientras sus gallinas, ajenas a todo esto, siguen felizmente poniendo huevos. El banco o prestamista amablemente acepta, pero en la letra pequeña pone que por cada mes que pase sin devolverle el dinero, tendrá que pagar mil huevos y si pasados 12 meses no ha conseguido reunir todos los huevos necesarios, el banco se quedará con la granja y con las gallinas. Es un trato aceptable teniendo en cuenta que el hijo del granjero necesita un ordenador. Posiblemente el granjero pierda su granja y sus huevos.
Pero la verdadera conclusión de todo esto es la relación tan estrecha que existe entre nuestras necesidades o innecesidades y ese sistema económico que tanto queremos cambiar.
Está clarísimo ellos son los malos de la película.
Pero siempre hay algo por lo que se puede empezar.
Me gustaría proponer una cosa. Primero alcarar que la idea no es mía, he visto ya varias propuestas parecidas, una de ellas "Carlitos y Patricia" en el día de Sant Jordi hicieron algo parecido titulado "1010 WAYS TO BUY (A BOOK) WITHOUT MONEY"

Vuelvo a tener verdadero pánico a ser ignorada y abucheada por tal ridícula propuesta, pero voy a poner a prueba mi poder de convocatoria y mi evidente, inexistente y todavía oculto carisma ya que me gustaría que la gente que quisiese colaborar, subiese una foto de algo que no necesita. Cualquier cosa, no pretendo ni  quiero que entreguéis vuestros ordenadores. Pero “Un perchero, una camisa, una sartén, un abrigo, un cuadro, una maceta, un libro…” todo por lo que hayáis pagado o pagaríais sirve. Lo que queráis, y le ponéis un precio no económico, en honor al granjero y a su hijo ponerle el precio que os salga de los huevos. Por ejemplo: “no utilizar el ascensor”, “dejar de fumar”, “ir en bici a todos sitios”, “ser más cariñoso”, “decirle a alguien que le quieres”, “aprender a cocinar”… Quien quiera comprar el producto tendrá que aceptar su precio.
Quién sabe, si la cosa marcha, quizás podamos crear un portal o incluso montar un mercadillo en sol.
No cambiaremos el mundo, y lamentablemente tampoco destrozaremos nuestro sistema financiero vendiendo una gorra de fidodido, pero es una buena forma de revisarnos, darnos cuenta de lo verdaderamente importante y de volver a los 90 cuando fidodido y los colores fosforitos eran lo más.

 Artículo nº1: El milagroso libro de la dieta Dukan. 
Precio: Mirarse todos los días al espejo y decirse: "Estoy tó buena"

Artículo nº2: Preciosa y sufrida maceta. "Corona de espinas o espinas de cristo" "Euphorbia milii var. splendens". Es una planta que necesita pocos cuidados pero mucho cariño. Más información: http://plantas.facilisimo.com/reportajes/arbustos/alegra-tu-casa-con-la-espina-de-cristo_183990.html 
Precio: Regalar un ramo de flores a alguien especial. Ya que mayo es el mes de las flores.
Adjunto mis dos primeras ventas. Iré subiendo más. Si alguien quiere colaborar que me mande sus no necesidades con sus respectivos no precios a crisperezlo@gmail.com

viernes

Gazpacho

Mi memoria actual es muy parecida a la receta original del gazpacho andaluz. Puedes eliminar los ingredientes que no te gustan. Debes customizarlo a tu antojo, porque recordar a veces es doloroso y otras imposible. El mío no lleva ni cebolla ni pepino. No sé en que piensan estos andaluces, todo el mundo sabe que el ajo y la cebolla son incompatibles.

domingo

Felicidades



Madres que no entienden a sus hijas. Madres que ignoran tus señales y te pasan el teléfono para que hables con quien no querías hablar. Madres que tambien son padres. Madrinas que son más Ma, que Drinas. Madres en general, mamá en particular. Felicidades.

miércoles

Ironía dice:


¿Eres feliz?
Cuando este tipo de complicadísimas cuestiones acechen tu cabeza corre, huye.
Baja a la calle y cómprate un bonito vestido, cambia de peinado, ponte un wonder bra, lígate a un musculoso moreno. Con suerte esta duda no volverá a aparecer hasta el domingo por la mañana y en ese caso, no nos quedará otra opción que ponernos a dieta.
La dieta del domingo por la mañana, la dieta del arrepentimiento. El resultado final de una conciencia claretiana a prueba de bombas y de una educación religiosamente ficticia. 
De primero tenemos “qué he hecho” con patatas, de segundo “yo no soy así” en salsa de “menuda cagada” y de postre “no vuelvo, lo juro”, como veréis el menú no lleva ajo, pero doy fe de que se os repetirá durante todo el día.
Feliz resaca amigos.

miércoles

Los ireyes

El día de hoy pasará a la historia como el día en el que sus majestuosas majestades de oriente me trajeron un cigarro electrónico desechable.

Para nada me gustaría menospreciar el esfuerzo de sus majestades porque en realidad es un regalo terriblemente práctico y actual. Podría incluso decir que, a día de hoy, 6 de enero de 2011 d.c, o Día 4 del año 0 d.l.a.t (después de ley antitabaco), el cigarro electrónico es al fumador lo que la Xbox 260 revolution 3D desechable, a un chaval de 12 años? Al final he decidido poner un interrogante, puesto que no estoy muy segura ni de que la Xbox 260 revolution 3D desechable exista, todavía, ni de que esa dudosa afirmación sea cierta.

Realmente aprecio la preocupación y el interés que tanto el actual gobierno como sus majestades los reyes de oriente muestran por mi salud, pero me estoy agobiando.

No me gustaría dramatizar, pero no quiero que mi próximo regalo de reyes sea una sesión de quimioterapia. Entonces, podría hacer chistes de que una sesión de quimioterapia es a un fumador lo que a una madre trabajadora con siete hijos una sesión de spá y relajación en un monasterio de monjes budistas en las montañas del Tibet. Seguramente no tendría ni puta gracia. Pero sí. Hoy quiero frivolizar contigo cáncer, porque te tengo miedo.

Es bastante repugnante ver como las compañías farmacéuticas se frotan las manos mientras yo fumo de un absurdo palo con sabor a intento de vainilla al cual muy acertadamente para sus cajas registradoras le han llamado cigarro electrónico, vamos, igual de repugnante que ver como las compañías tabacaleras se frotaban las manos mientras que cientos de miles de millones de personas fumaban de un absurdo palo al que muy acertadamente llamaron cigarro. Pero es curioso como ahora no hay nada que mole más que el término electrónico, o en su defecto ponerle la tan rentable y futurista –i- a cualquier cosa, mientras más tonta, mejor. Seguro que no hace falta que os recuerde el i-pañal de los i-baby.

No se engañen, seguimos siendo los mismos ingenuos que hace 30 años cuando cantábamos orgullosos tu serás mi baby y abríamos la puerta a todo lo que nos sonaba a americano y a moderno.

Dejando detalles al margen, sigo sin tener una posición concreta sobre el tema. Todo depende de la perspectiva con la que se mire. Y valga una reflexión filosófica del montón, yo no soy solo lo que soy, también soy todo lo demás, no por ser fumadora dejan de afectarme las circunstancias de los demás, pero es más complicado de lo que parece.

Además, no me gustan las batallas campales, ni entre republicanos contra monárquicos, ni entre belén esteban contra la campanario y por supuesto, tampoco entre fumadores y no fumadores, aunque en los debates televisivos se intente ocultar torpemente este hecho metiendo a un fumador entre los proleyantitabaco.

A usted también le han jodido señor, y a usted también le acojona decirle a un no fumador que no le gusta no poder fumarse el cigarro cuando baja de la oficina para tomarse el café, cuando posiblemente ha crecido con un padre que se fumaba su medio paquete de Ducados en el trayecto Badajoz-Huelva y que a nadie se le ocurriese decirle que bajase la ventanilla.

Eso es, somos unos egoístas, pero nos han enseñado tan bien a serlo, que ahora es muy difícil dejarlo.

Yo tampoco quiero que me tachen de antidemocrática y que me vuelvan a repetir la frase top 100 más escuchada esta semana: mi libertad acaba cuando empieza la del otro, pero es lo que hay.

Por último darle la enhorabuena a estos renovados i-reyes que han tenido el detalle de pasar este año por mi casa. Por un lado por como me asombra la forma en la que son capaces de fusionar la modernidad de los tiempos con la tradición ancestral que les precede, me hubiese encantado ver las alforjas de los camellos abarrotadas de ipads, y de e-books, además los establecimientos de compro oro deben de estar muy contentos con ustedes, apuesto a que pronto aparecerán como champiñones los sitios de compro incienso y compro mirra. Y también por mi regalo, agradecerles el ya mencionado cigarro electrónico desechable, porque aunque nunca pensé que estas tres palabras juntas significasen algo, a partir de hoy, voy a dejar de fumar.