miércoles

última hora

La última hora de hoy nos indica que el valor de los piropos tradicionales se mantienen en alza pese a la crisis financiera que abofetea nuestros bolsillos y devalúa nuestras monedas.
Tres expertos en este tema, gobiernan y administran la carnicería de debajo de mi casa. Embutidos, pollería y carnicería son los tres ministerios que la componen. 
Estos líderes mundiales son espontáneos y campechanos y la media de “guapas” es invariable ya que no existe proporcionalidad alguna a la cantidad de compra. Política social, que se llama, puesto que sus medidas populistas alcanzan la autoestima de cualquier mujer.
Sólo hay que reparar en la larga cola de mujeres que con un clinex en una mano y el corazón destrozado en la otra, esperan impacientes su turno de gloria para saber que allí no se va a comprar carne.
Disfrutan viendo cómo deshuesan y descuartizan a un cerdo con sus afilados cuchillos y cegadas por el desafecto se suman a la compraventa de halagos mientras fingen adquirir chorizos para el cocido de mañana.

viernes

Las siete de la tarde



Las 7 de la tarde
Existen diferentes tipos de amnesia, la amnesia retrógrada es la más rara aunque la más cinematográfica, en ella el afectado no recuerda su vida antes de la lesión. En cambio, en la amnesia anterógrada, la más común y grave, el enfermo recuerda su vida pero no logra aprender nada nuevo, son personas que lamentablemente viven atrapadas en su pasado.
En el edificio gris de la calle Los Dolores son las 7 de la tarde.
En el 3º Izquierda del edificio gris de la calle Los Dolores canta un maldito canario, como si con él no fuese la cosa. Todas las tardes a las 7 en punto, canta, alegre y su afinadísima entonación contrasta irónicamente con la desolación de su amo.
A su amo le recuerda que aquella rubia malteñida le dejó podrido, igual de desdichado que aquel trozo de queso que llevaba varios meses en la nevera y que nadie se quería comer, pero que dada su actual situación de perpetua miseria, ha comenzado a rascar los trozos de moho, aunque sólo sea para darse más pena. Aquella vergonzosa postal emitía un sonido muy parecido al que, hace unas semanas, escuchaba intelectualmente orgulloso, procedente de una banda finesa que pusieron en radio 3. 
-Es una putada que tengan que triturarte el corazón para que te des cuenta de que tu novia es una  auténtica puta –pensaba, mientras miraba al maldito canario, y a coro, continuaba rascando con el mismo inútil cuchillo con el que la noche anterior había estado planificando su propia muerte-.
- Igual tenemos suerte y este queso me mata. – le explicaba al canario.
 -Claro está, que tu no tienes la culpa, aunque yo hubiese preferido otra maceta.
-¿Un canario?, ¿no prefieres que compremos una maceta?, podríamos comprar un aloe o incluso un cactus. –¿¡Un cactus!? Un cactus es lo menos tierno que he visto en mi vida, son feos y pinchan. Además, tu ya tienes muchas macetas.
-Bueno pues compraremos los dos, y utilizaremos el Aloe para cuando te pinche el cactus, ya conoces sus propiedades medicinales, es un cicatrizante cojonudo .- decía él para intentar convencerla. – Además, se han demostrado las virtudes de algunos cactus para corregir alteraciones causadas por las radiaciones electromagnéticas que producen muchos electrodomésticos. –Alegó, orgulloso por su célebre razonamiento. –Quiero un canario que cante por las tardes y nos recuerde lo mucho que nos queremos. –Desgraciadamente, la cursilada de comentario era directamente proporcional al tamaño de sus tetas. Y al final, tuve que ceder torpemente a comprar el puto canario- Repetía una y otra vez.
- Toda la vida dando lecciones sobre comportamiento animal a tus impresionables amigos de letras y de repente un día tienes a una zorra instalada en tu casa, que cambia tus muebles, tus horarios, tu comida, y a la cual el cine indie la ha hecho creer que desayunar esas asquerosas galletas de fibra que amablemente ha comprado para ti, con tu camiseta favorita, es muy sexy.
¿Y a que precio? ¡Sexo sin precaución estás sobrevalorado!  - Gritaba como un loco por la casa. - Conozco a una puta dos calles más allá que por el mismo precio que una de mis futuras sesiones de psicoanálisis se deja hacer de todo. ¿Que no tiene dientes?, bahh, eso a veces tiene sus ventajas, y por lo menos tiene corazón. – Le seguía explicando al canario.
- Y tu ahí, olvidando como un tonto que a diferencia de muchos cánidos, las zorras no son usualmente animales de manada. Son solitarias y estratégicas cazando a su presa, especialmente, por cierto, roedores.  –Decía, mientras masticaba el último trozo de queso con moho.
Preparó para él la más grande de las humillaciones.
Un día cualquiera, al entrar en casa observó que faltaban algunas cosas, al entrar en la habitación se quedó blanco, mudo, inmóvil, ella le había visto perfectamente y no había parado de  gemir en ningún momento. Él salió disparado hacia la calle . Se subió al metro y comenzó a dar vueltas. Cuando cerraron el metro, decidió volver.
¿Por qué? Os preguntareis. No tiene mucha explicación. De la misma forma que la cebra no puede querer al león y del mismo modo que la zorra se quiere comer al ratón.
Al entrar, el piso estaba casi vacío, solo encontró un Aloe Vera encima de la mesa con una nota que decía: “ya conoces sus propiedades medicinales, es un cicatrizante cojonudo, pero por si no te acuerdas, seguro que el canario te lo recuerda”.
Desde entonces todas las tardes a las 7 en punto, canta el maldito canario y repasa una y otra vez la misma historia. Una y otra vez, todas las tardes a las 7 en punto.

martes

Las 7 de la tarde




Existen diferentes tipos de amnesia, la amnesia retrógrada es la más rara aunque la más cinematográfica, en ella el afectado no recuerda su vida antes de la lesión. En cambio, en la amnesia anterógrada, la más común y grave, el enfermo recuerda su vida pero no logra aprender nada nuevo…
En el 3ºDerecha del edificio gris de la calle Los Dolores una chica espera sentada a que la lleven a bailar. Cabello negro y un traje tostado. Su cara de inocencia y aparente decencia no son mas que pura ficción.
Todas las tardes a las 7 en punto se pone su vestido de volantes y se sienta en el sofá de flores de tonos pastel.
Recuerda entonces como ha llegado hasta ahí. Recuerda a aquel matemático tan atractivo al que nunca escuchó, y que tanto la quiso. Sus conversaciones estaban tan abarrotadas de números y de horribles proporciones que nunca supo descifrar lo que él realmente decía.
– Te he repetido miles de veces que estás tirando el dinero, las probabilidades de que te caiga un rayo por la calle son de 1 entre 3.000.000, una cantidad ridícula frente a hacer un pleno en el euromillón: 1 entre 76.275.360. – Llámame tonta, pero no voy a apostar ni un centavo para que me caiga un rayo, – decía ella, muy seria, como si se hubiese enterado de algo, mientras continuaba rellenando el boleto con los primeros números que se le venían a la cabeza. – Además, si con 2 euros puedo soñar durante una semana, los pago, es más, te invito a que sueñes un poquito tu también y se te quite esa cara de matemático rancio que tienes, te relleno uno ¿en que año habías nacido?– Le decía con esa sonrisa irresistible que ponía cuando sabía que le estaba sacando de quicio.
Una mañana cualquiera, él le preguntó:
-¿Qué vas a hacer cuando te toque la lotería? – ella se rió y siguió durmiendo.
- No, pero en serio, ¿qué es eso con lo que tanto sueñas y que parece ser que solo puedes hacer con un montón de millones? – Yo que se. Pues no se, comprarme un vestido de volantes y salir a bailar, por ejemplo. – respondió ella, con lo primero que se le ocurrió dado su estado de total somnolencia.
- ¿Y tu? – Pues… comprarte un vestido de volantes y sacarte a bailar. – Pero si los matemáticos no saben bailar. – Bromeó ella y entre risas siguieron durmiendo.
Doce meses después, él apareció con un ramo de flores y una caja enorme, adornada con un lazo gigante, de esas cajas que sólo saben envolver las vendedoras de las tiendas de las películas.
Le dijo que él se tenía que ir, que no lo abriese hasta que él se fuese. Así lo hizo. En cuanto cerró la puerta fue directa a abrir el regalo. Entre la caja y el lazo había una nota: “ A mi ya me ha tocado la lotería. Si multiplicas 2 x 5 x 12, el resultado está en esta caja, te recojo a las 7 en punto”. Al abrir la caja encontró un precioso vestido de volantes, de esos vestidos que solo tienen en las tiendas de las películas y que lo envuelven en cajas que solo saben preparar las vendedoras de las tiendas de las películas.
Se puso el vestido y a las 7 en punto se sentó en el sofá de flores de tonos pastel. Se quedó dormida esperando. El sonido del teléfono la despertó:
-Es usted la novia de ……- Si,¿ por?, ¿ha pasado algo?.... – Me temo que no tengo buenas noticias, a su novio le ha caído un rayo por la calle.
Desde entonces, sigue esperando a que la lleven a bailar, todas las tardes a las 7 en punto.

jueves

Piedra, papel o tijera

Ejercitas tu mente con una nintendo DS, 
y tus abdominales con el Fusion power 3.000. 
Cuentas tus palabras en Twitter 
y mides tu ritmo cardiaco con un Iphone. 
Espías a tu ex por Tuenti, 
fiscalizas tus fotos en Facebook 
y reservas tus megustas para algo mejor.
Vigilas tus horarios con un Casio vintage 
y ahorras tus canciones en Spotify. 
Controlas tu dieta con Special k, 
cuidas tu salud con Flora y tu corazón con Puleva.
Y al final de todo siempre te la acabas jugando
a piedra, papel o tijera.

viernes

El mercadillo de mi pueblo

Los sábados son días que molan. En mi pueblo hay un mercadillo en donde puedes comprarte desde un juego de vajillas de procedencia desconocida cuatro veces más caro y diecisiete veces más feo que en ikea, pero que a mi madre le parece un ofertón, hasta todo el conjunto de riguroso negro para rendirle luto a tu difunto marido que acaba de morir en la cama de otra mujer y a la que todo el mundo conoce como “La Tránsita”. Bueno, aunque como mi pueblo se encuentra situado en la comunidad de Extrema y dura, en este mercadillo tan duro también puedes optar por el otro extremo y del mismo modo se te ofrecen una multitud de posibilidades en cuero y estampados de leopardo para construir a tu nuevo personaje: la puta del pueblo.
Justo al principio del inicio, en el km 0 del mercadillo, se encuentra la iglesia de Santiago, monumento austero de arquitectura parca y paredes blancas, la tradición de ir a tocar la campana para pedirle al santo marido y poder casarse pronto y bien, la mantienen con vida y en plena actividad.
Mi madre compra mi silencio con 100 gramos de aceitunas “machás” y luego ya tiene vía libre para humillarme en el puesto de las taras de lacrose o blueberri y hacerme probar un vestido de Nochevieja 7 temporadas a.C pasadas en la furgoneta del gitano. Yo ignoro sus comentarios acerca de mis bragas y humilladamente digna salgo de la furgoneta para intentar olvidar lo que acaba de suceder allí dentro.
Una cruelísima nostalgia me hace recordar uno de mis lugares favoritos de antaño. Los pollos de colores. Delante de la iglesia e irónicamente a unos cuantos pasos de la salvación divina, estaban esas jaulas de pollitos radiactivos que gritaban histéricos pidiendo misericordia y una muerte digna, alejada de las manos de cualquier cándido chaval de 7 años a el cual las 12 horas de dibujos animados infames le han regalado un bonito trastorno hiperactivo con tendencia asesina. El chaval tendrá más suerte que el pollito y dentro de 50 años podrá jubilarse prematuramente por haber sido una generación expuesta a las radiaciones de Bob Esponja. Pero pobre pollito.
En vez del puesto de los pollos ahora hay un puesto de turrones. Sí. Durante todo el año. Creo y no quisiese pecar de fanatismo local, pero puedo decir con la cabeza bien alta y total seguridad, que mi pueblo es el único sitio en el mundo en donde puedes comprar turrones, mazapanes y polvorones un 24 de agosto a 35 grados. Me extraña que la concejalía de turismo aún no haya evaluado la posibilidad de explotar este tirón para incitar al turismo a consumir y a vivir esta experiencia extrema en cualquier época del año. Pero como últimamente veo el tema un poco parado quería contaros de primera mano todo lo que podéis vivir en un solo día, a ver si os animabais a conocerlo. 

Por cierto, un aviso, la gente de mi pueblo siempre te va a ver más gorda. Aunque no te conozcan, aunque no te hayan visto nunca, aunque tengas problemas de anorexia nerviosa. Es algo que tienen en sus retinas. Un extraño ojo de pez, supongo que producto de la dilatación ocular del calor en sus ojos por las gafas de sol marca Ban Ray que vende el gitano guapo del penúltimo puesto. Pero no es cierto. No te vengas abajo que tu exhaustiva dieta de pasta y arroz durante 5 años consecutivos ¡funciona!

Angela Merkel, si puedes oírme, manda poner papeleras en Villanueva de la Serena.


Estoy confundida. Tengo 23 años y confieso públicamente que soy adicta a las esperanzadas predicciones que Esperanza Gracia realiza para sagitario todas las madrugadas y que además, tomo danacol a diario para cuidar mi corazón. Cuando por las mañanas leo el periódico, tengo ese miedo tan común que diariamente acecha a la mayoría de las familias españolas de clase media, esa terrible sospecha a sufrir un brutal infarto al descubrir que vamos a tener que volver a usar televisores con culo. Admitámoslo, no podemos vivir sin plasma.  La mañana de hoy ha sido doblemente contradictoria, compleja. En una primera premonición matutina he visualizado a los diputados del congreso con una gastroenteritis aguda provocada por la invasión del agua del grifo en sus refinados estómagos parlamentarios acostumbrados al agua mineral, me he alegrado, no por mi premonición, no le deseo mal a nadie, sino por el ahorro. En segundo lugar, ha sido triste leer la noticia sobre la congelación de oposiciones del SES. Con mi danacol en mano he vuelto a imaginar como 40.000 aspirantes en sus mesas camilla mandan mensajes de “salvar belen” al 7777 mientras que engullidos por sus televisores con culo y su adicción a Telecinco ignoran que ha dejado de llover. Y finalmente, ha salido el sol en mi pantalla. Mi heroína, la Esperanza Gracia de la política mundial, Angela Merkel, nos ha salvado.
Con mis miedos a tener que volver a cocinar sin termomix disipados, mi perro y yo salimos a la calle para celebrarlo. Damos el mismo paseo que todos los días pero con alegría, ¿esperanzados?, ¿optimistas?  No, ilusos. Nunca mejor dicho, la misma mierda de todas las tardes nos esperaba en el camino. Y como lamentablemente, mis conocimientos de alemán solo llegan para ir al lidld y no llevarme a casa una desbrozadora en vez de unas salchichas Frankfurt, he tenido que reprimir mis ansias de escribir una carta a la nueva Robin Hood de Europa para hacerle llegar mi más profundo descontento con ese asunto que me ocurre diariamente en mi humilde  localidad, Villanueva de la Serena. Le prometí a mi hermano que intentaría no ser irónica con el tema. Por suerte, al final, llegamos juntos a la conclusión de que no hay nada más irónico que recorrer con la caca de tu perro en la mano alrededor de dos interminables calles, para finalmente, poder tener el enorme placer de tirarla en una papelera de diseño. 

miércoles

Marlene, la vecina soprano. 1


En uno de los balcones que dan a mi calle hay una mujer que canta ópera. Sí. La ópera está muy bien. Te invitan un día de casualidad, te emocionas desde tu confortable asiento, te sientes especial por estar presenciando algo tan único e irrepetible, te crees que es lo más bonito que tus oídos podrán escuchar jamás y eso te entristece a la vez que te alegra porque todo es muy complicado pero aún puedes seguir disfrutando y finalmente, vuelves a tu casa a cenar la ensaladilla rusa que sobró de la comida del mediodía. 
Incluso Julia Roberts, siendo aún una puta de barrio, lloró cuando Richard Gere la llevó a ver una función en su helicóptero privado.
Desgraciadamente, todo lo romántico y poético que pueda parecer este hecho se evapora una tarde cualquiera a las cuatro menos cuarto de la tarde, cuando desde ese anonimato que te otorga la calidad de vecina, te alegras tímidamente de que alguien, más desagradable y valiente que tú, grite desde otro balcón: “que te calles ya, coño”, o cuando te debates amarga y operísticamente entre tragarte todas las pastillas que te sobraron la última vez que fuiste al dentista o atravesarte los oídos con un boli bic.
Me avergüenzo públicamente de esta total falta de respeto y delicadeza al mundo del arte en general y a mi vecina soprano en particular. Pero siempre he pensado que la ópera, como muchas otras artes a las que veneramos hasta el infinito, a parte de ofrecer arte también nos venden su inaccesibilidad.  Y me parece lícito, que conste. Cualquier producto en el mercado además de ser bueno también tiene que tener una personalidad interesante, atrayente. Pero tengo mis dudas de que Julia Roberts se vuelva a emocionar tarde tras tarde tras tarde tras tarde. Sí, mi vecindario y yo hemos perdido la inaccesibilidad y nos han regalado un jodido pase vip Premium free privado, y que queréis que os diga, ha perdido todo el encanto. Y como no me gusta que eso ocurra. Os voy a contar la vida que he imaginado para ella. Seguro que pronto hay largas colas de gente ataviada con carísimos abrigos de piel y bonitos vestidos de seda, que esperan impacientes, nerviosos con binoculares en mano, para poder coger un buen asiento en mi balcón para ver a Marlene, la vecina soprano.


Marlene. Su exótico nombre, sus rasgos suaves y su pelo de un color tan ambiguo como ella, entre ceniza y cerveza, confundían a la gente sobre su raíz. Pero Marlene era de Móstoles y sus padres, y los padres de sus padres, también. Su infancia fue aburrida, demasiado para una chica como Marlene, encerrada en un Móstoles en los 70. Lo que desenvocó en una juventud prometedora, demasiado para una chica como Marlene, encerrada en un Madrid en los 80.
Su creatividad desbordaba por todos lados. Quería ser todo y a la vez no quería ser nada. Sus intereses abarcaban todos los ámbitos posibles y sus mayores preocupaciones eran la música, el sexo, la música, las drogas, la música, la política ah si, y la música. Su madre la enseñó a leer solfeo mucho antes que en el colegio la enseñasen a leer esos estúpidos cuadernillos de ortografía y lectura.
Marlene también quiso aportarle algo al mundo. Disfrutaba de una personalidad tan sumamente arrolladora que con ella pretendía ser un escaparate de sí misma. Su autopublicidad era tan efectiva con los hijos como con los padres.  Estuvo algún tiempo saliendo con Ángel Trejo. Un buen hombre. Guapo, joven y profesor de música de la Universidad Complutense de Madrid. Se había encaprichado de ella, y al igual que muchos profesores acostumbrados a profundizar en gruesos libros y complicadas teorías, olvidó el lado más práctico de la vida, esa pequeña paradoja llamada Marlene, a la que pretendía acercarse con bonitos detalles y hermosos regalos, pero de la que sin embargo, no hacía más que alejarse. 
Aquella fue una época mucho más artificial de lo que Marlene imaginaba. Continuó jugando a nada durante algún tiempo. Era un momento fácil para los soñadores que intentaban huir como ella de la mediocridad. Ignorando que tan sólo es una palabra y que no se puede escapar de una palabra sin consumir LSD o sin volverse completamente loco.
El miedo o una temida madurez no tardaron en estrellarse contra ella. Salpicando todas sus aficiones. Dejó la música y sus trapos en el armario y se envistió en su ropa de faena. Empezó como cajera de un supermercado. Su trabajo era tan creativo como el tomate frito y las salchichas Frankfurt que vendía, pero desafortunadamente, no había más opciones. Fue algún tiempo después cuando decidió escalar profesionalmente y probar suerte en los ya desaparecidos Galerías Preciados, que abrieron muy cerca de su casa.
La suerte estaba de su lado, la colocaron en la sección de ropa masculina. Allí pasaba el día mezclándose con hombres que no acudían a ella precisamente en busca de camisas, corbatas o trajes. En aquella época se volvió mucho más práctica. El sexo comenzó a ser un deporte más que practicaba sin pudor y ningún tipo de criterio. 
Marlene nunca encontró otra forma de hacer las cosas sin rozar hasta arañar la pintura de los extremos. 
Casados, solteros, jóvenes, viejos, guapos, feos, pero todos con tarjetas de crédito dispuestos a engordar las comisiones y la cama de la bonita de Marlene.

domingo

17 cm

- Joder, esta tía está loca. Para ella un señor con marcapasos es un hombre libre que puede volar sin miedo a pitar por los detectores de metales y sin tener que preocuparse por los botecitos de champú. Un día estuvo enredando toda la tarde con un metro y acabó diciendo que la distancia medida en centímetros y que lamentablemente separan a A de B en el mapa del mundo es la misma que hay entre Puri y su marido Manolo cuando se sientan por las noches en el sofá a ver la televisión. La contaminación es visible desde mi terraza pero para ella simplemente es la niebla que desdibuja los edificios en pleno mes de Julio. Ahh y el martes mostraban en el telediario una terrible inundación que arrasaba la ciudad de Palencia y ella feliz porque seguramente mucha gente nunca hubiese tenido la posibilidad de ir a Venecia.
- Por eso está contigo. Eres un idiota.

lunes

Salva al granjero


Mi terrible don para hablar en público junto con mi inexplicable miedo a ser abucheada y definitivamente mi incapacidad para sostener un micrófono y producir sonidos al mismo tiempo me lleva una vez más a esconderme cobardemente por aquí. 
Se ha hablado mucho estos días sobre la famosa #spanishrevolution, la #democraciarealya, el #movimiento15m. La verdad es que nunca la almohadilla se sintió tan útil.
Estoy muy orgullosa de todo lo que está pasando. Hemos dejado claro quiénes son los malos y quiénes somos los buenos, pero eso no significa que no seamos un poco responsables y dependientes del sistema.
Sería genial poder transmitiros la energía que se siente en el km0. Las horas sin dormir se compensan con la pasión de la gente. Es brutal. Aunque tambien es curiosa y peligrosa la mezcla de sensaciones que se pueden experimentar en un corto periodo de tiempo. Justo esta noche al salir de sol pensaba que podría cambiar el mundo, me sentía una superheroína poco convencional y un poco entrada en carnes como para tener que llevar tan ajustadas mallas, pero con la misma fuerza sobrenatural y justo, de camino a casa, pasando por el engatusante escaparate del hym todos mis superpoderes se disiparon a la vez que pensaba “Ohh que bonito, quiero ese precioso vestido para parecer esa modelo y tener un cariñoso y guapísimo novio como el que va a su lado”.
En realidad no me pega para nada dar un discurso sobre nuestras asquerosas vidas materialistas, yo, que con 11 años le revendí a mi primo pequeño e ignorante un tamagochi más falso que judas por 1.500 de las antiguas pesetas para poder comprarme uno de verdad.
Pero os invito a reflexionar y a hacer un pequeño exámen de conciencia. Estoy segura de que hemos perdido al 50% de los lectores al leer la palabra exámen. Pero para los que aún seguís ahí: Tenéis todos un bonito aprobado general.
A mí personalmente las concentraciones en sol y los múltiples debates paralelos me han servido bastante para pensar sobre dos cosas:
1. Necesidades. Qué bonita palabra.
Seguro que quien la inventó no imaginaría que la palabra acabaría siendo prostituida por tantas cosas, a veces tan estúpidas y otras veces tan incompatibles.
Es como imaginar ahora la frase: - Mamá dame dinero, necesito una nave espacial para el colegio. – Y que tu madre te responda- Vete a freir espárragos niño. Es que estoy totalmente convencida de que las frases de madres sobrevivirán al apocalipsis.
Mi lugar en este fregao es bastante paradójico. Por un lado pertenezco a ese selecto grupo de personas que las crean.  Tengo la supuesta potestad para decir: “Un mac es tan necesario y vital como una manzana”, y mucha gente lo cree. Esto es peligroso y además mentira, pero lo verdaderamente gracioso es que os estoy escribiendo desde un imac de 21 pulgadas y media, Intel Core i3 3,06 GHz, con una velocidad de procesador de 3,06 GHz, sistema operativo Mac OS x Snow, Tarjeta gráfica ATI Radeon, Unidad óptica Super drive a 8x con soporte para doble capa. Pero yo es que lo necesito. Además, a la irritante pregunta anual de - ¿Tu que eres más de sky o de snow?, siempre podré responder: - Nunca he ido a esquiar pero tengo un Mac OS x Snow en mi habitación. Gilipollas.
Ahí va mi gran revelación: "Tenemos mucho más de lo que necesitamos". Ohh que grandisima mierda de descubrimiento. Lo sé, no acabo de descubrir el mundo. Pero me apetecía recordaros la cantidad de cosas  que tenemos disfrazadas de supuestas necesidades sin ni siquiera ser época de carnaval.

2. Dinero/Bancos/Chorizos/Jetas/Casquería en general y variada
Ni mucho menos pretendo dar una clase de economía. La suspendí en selectividad y aún no he recobrado la confianza pero tengo una pregunta.
¿cuál es el precio de un tomate? 
Suerte que ayer ví la gran película de Rodrigo Cortés "Concursante", gracias a la cual resumiéndola y destrozándola a mi antojo podré responderme.

En el origen de todo esto, si yo tenía gallinas y tu tenías un huerto con tomates, y yo quiero tomates y tu quieres huevos. El precio de un tomate es un huevo.
En la actualidad seguimos necesitando huevos, por lo que afortunadamente siguen existiendo granjas de gallinas. Pero, ¿Cuántos huevos le costarán al granjero comprar el ordenador que su hijo necesita? ¿Cientos de huevos? ¿Miles de huevos? ¿Millones de huevos? La cosa está clara, el granjero no tiene suficientes huevos para comprar el ordenador. Por lo que necesita ayuda de un prestamista o de un banco para que le fíe lo necesario para comprar el ordenador mientras sus gallinas, ajenas a todo esto, siguen felizmente poniendo huevos. El banco o prestamista amablemente acepta, pero en la letra pequeña pone que por cada mes que pase sin devolverle el dinero, tendrá que pagar mil huevos y si pasados 12 meses no ha conseguido reunir todos los huevos necesarios, el banco se quedará con la granja y con las gallinas. Es un trato aceptable teniendo en cuenta que el hijo del granjero necesita un ordenador. Posiblemente el granjero pierda su granja y sus huevos.
Pero la verdadera conclusión de todo esto es la relación tan estrecha que existe entre nuestras necesidades o innecesidades y ese sistema económico que tanto queremos cambiar.
Está clarísimo ellos son los malos de la película.
Pero siempre hay algo por lo que se puede empezar.
Me gustaría proponer una cosa. Primero alcarar que la idea no es mía, he visto ya varias propuestas parecidas, una de ellas "Carlitos y Patricia" en el día de Sant Jordi hicieron algo parecido titulado "1010 WAYS TO BUY (A BOOK) WITHOUT MONEY"

Vuelvo a tener verdadero pánico a ser ignorada y abucheada por tal ridícula propuesta, pero voy a poner a prueba mi poder de convocatoria y mi evidente, inexistente y todavía oculto carisma ya que me gustaría que la gente que quisiese colaborar, subiese una foto de algo que no necesita. Cualquier cosa, no pretendo ni  quiero que entreguéis vuestros ordenadores. Pero “Un perchero, una camisa, una sartén, un abrigo, un cuadro, una maceta, un libro…” todo por lo que hayáis pagado o pagaríais sirve. Lo que queráis, y le ponéis un precio no económico, en honor al granjero y a su hijo ponerle el precio que os salga de los huevos. Por ejemplo: “no utilizar el ascensor”, “dejar de fumar”, “ir en bici a todos sitios”, “ser más cariñoso”, “decirle a alguien que le quieres”, “aprender a cocinar”… Quien quiera comprar el producto tendrá que aceptar su precio.
Quién sabe, si la cosa marcha, quizás podamos crear un portal o incluso montar un mercadillo en sol.
No cambiaremos el mundo, y lamentablemente tampoco destrozaremos nuestro sistema financiero vendiendo una gorra de fidodido, pero es una buena forma de revisarnos, darnos cuenta de lo verdaderamente importante y de volver a los 90 cuando fidodido y los colores fosforitos eran lo más.

 Artículo nº1: El milagroso libro de la dieta Dukan. 
Precio: Mirarse todos los días al espejo y decirse: "Estoy tó buena"

Artículo nº2: Preciosa y sufrida maceta. "Corona de espinas o espinas de cristo" "Euphorbia milii var. splendens". Es una planta que necesita pocos cuidados pero mucho cariño. Más información: http://plantas.facilisimo.com/reportajes/arbustos/alegra-tu-casa-con-la-espina-de-cristo_183990.html 
Precio: Regalar un ramo de flores a alguien especial. Ya que mayo es el mes de las flores.
Adjunto mis dos primeras ventas. Iré subiendo más. Si alguien quiere colaborar que me mande sus no necesidades con sus respectivos no precios a crisperezlo@gmail.com

viernes

Gazpacho

Mi memoria actual es muy parecida a la receta original del gazpacho andaluz. Puedes eliminar los ingredientes que no te gustan. Debes customizarlo a tu antojo, porque recordar a veces es doloroso y otras imposible. El mío no lleva ni cebolla ni pepino. No sé en que piensan estos andaluces, todo el mundo sabe que el ajo y la cebolla son incompatibles.

domingo

Felicidades



Madres que no entienden a sus hijas. Madres que ignoran tus señales y te pasan el teléfono para que hables con quien no querías hablar. Madres que tambien son padres. Madrinas que son más Ma, que Drinas. Madres en general, mamá en particular. Felicidades.

miércoles

Ironía dice:


¿Eres feliz?
Cuando este tipo de complicadísimas cuestiones acechen tu cabeza corre, huye.
Baja a la calle y cómprate un bonito vestido, cambia de peinado, ponte un wonder bra, lígate a un musculoso moreno. Con suerte esta duda no volverá a aparecer hasta el domingo por la mañana y en ese caso, no nos quedará otra opción que ponernos a dieta.
La dieta del domingo por la mañana, la dieta del arrepentimiento. El resultado final de una conciencia claretiana a prueba de bombas y de una educación religiosamente ficticia. 
De primero tenemos “qué he hecho” con patatas, de segundo “yo no soy así” en salsa de “menuda cagada” y de postre “no vuelvo, lo juro”, como veréis el menú no lleva ajo, pero doy fe de que se os repetirá durante todo el día.
Feliz resaca amigos.

miércoles

Los ireyes

El día de hoy pasará a la historia como el día en el que sus majestuosas majestades de oriente me trajeron un cigarro electrónico desechable.

Para nada me gustaría menospreciar el esfuerzo de sus majestades porque en realidad es un regalo terriblemente práctico y actual. Podría incluso decir que, a día de hoy, 6 de enero de 2011 d.c, o Día 4 del año 0 d.l.a.t (después de ley antitabaco), el cigarro electrónico es al fumador lo que la Xbox 260 revolution 3D desechable, a un chaval de 12 años? Al final he decidido poner un interrogante, puesto que no estoy muy segura ni de que la Xbox 260 revolution 3D desechable exista, todavía, ni de que esa dudosa afirmación sea cierta.

Realmente aprecio la preocupación y el interés que tanto el actual gobierno como sus majestades los reyes de oriente muestran por mi salud, pero me estoy agobiando.

No me gustaría dramatizar, pero no quiero que mi próximo regalo de reyes sea una sesión de quimioterapia. Entonces, podría hacer chistes de que una sesión de quimioterapia es a un fumador lo que a una madre trabajadora con siete hijos una sesión de spá y relajación en un monasterio de monjes budistas en las montañas del Tibet. Seguramente no tendría ni puta gracia. Pero sí. Hoy quiero frivolizar contigo cáncer, porque te tengo miedo.

Es bastante repugnante ver como las compañías farmacéuticas se frotan las manos mientras yo fumo de un absurdo palo con sabor a intento de vainilla al cual muy acertadamente para sus cajas registradoras le han llamado cigarro electrónico, vamos, igual de repugnante que ver como las compañías tabacaleras se frotaban las manos mientras que cientos de miles de millones de personas fumaban de un absurdo palo al que muy acertadamente llamaron cigarro. Pero es curioso como ahora no hay nada que mole más que el término electrónico, o en su defecto ponerle la tan rentable y futurista –i- a cualquier cosa, mientras más tonta, mejor. Seguro que no hace falta que os recuerde el i-pañal de los i-baby.

No se engañen, seguimos siendo los mismos ingenuos que hace 30 años cuando cantábamos orgullosos tu serás mi baby y abríamos la puerta a todo lo que nos sonaba a americano y a moderno.

Dejando detalles al margen, sigo sin tener una posición concreta sobre el tema. Todo depende de la perspectiva con la que se mire. Y valga una reflexión filosófica del montón, yo no soy solo lo que soy, también soy todo lo demás, no por ser fumadora dejan de afectarme las circunstancias de los demás, pero es más complicado de lo que parece.

Además, no me gustan las batallas campales, ni entre republicanos contra monárquicos, ni entre belén esteban contra la campanario y por supuesto, tampoco entre fumadores y no fumadores, aunque en los debates televisivos se intente ocultar torpemente este hecho metiendo a un fumador entre los proleyantitabaco.

A usted también le han jodido señor, y a usted también le acojona decirle a un no fumador que no le gusta no poder fumarse el cigarro cuando baja de la oficina para tomarse el café, cuando posiblemente ha crecido con un padre que se fumaba su medio paquete de Ducados en el trayecto Badajoz-Huelva y que a nadie se le ocurriese decirle que bajase la ventanilla.

Eso es, somos unos egoístas, pero nos han enseñado tan bien a serlo, que ahora es muy difícil dejarlo.

Yo tampoco quiero que me tachen de antidemocrática y que me vuelvan a repetir la frase top 100 más escuchada esta semana: mi libertad acaba cuando empieza la del otro, pero es lo que hay.

Por último darle la enhorabuena a estos renovados i-reyes que han tenido el detalle de pasar este año por mi casa. Por un lado por como me asombra la forma en la que son capaces de fusionar la modernidad de los tiempos con la tradición ancestral que les precede, me hubiese encantado ver las alforjas de los camellos abarrotadas de ipads, y de e-books, además los establecimientos de compro oro deben de estar muy contentos con ustedes, apuesto a que pronto aparecerán como champiñones los sitios de compro incienso y compro mirra. Y también por mi regalo, agradecerles el ya mencionado cigarro electrónico desechable, porque aunque nunca pensé que estas tres palabras juntas significasen algo, a partir de hoy, voy a dejar de fumar.

sábado

Copia o inspiración

No tenía pensado actualizar tan rápido. Seguro que todo está relacionado con mi fascinante capacidad para perder el tiempo.
Esta entrada está dedicada a todas las grandes ideas, esas ideas de otros pero que te hubiese encantado tener a ti primero. Grandes ideas, ejecutadas de una forma brillante y que además tienen algo más, algo especial, algo indescriptible, y algo que por suerte, diferencia la copia del original, y que hacen evidente lo complicado que es llegar a la inspiración y lo fácil que es caer en la fea tentación del plagio.
Yo lo dejo caer, por si las casualidades de la vida vuelven a aparecer y mañana viene movistar o loterías del estado con un spot superoriginal, que sepais que estos jefes ya lo hicieron antes.

70 Million by Hold Your Horses ! from L'Ogre on Vimeo.



Y ahora os dejo juzgar por vosotros mismos:
BMW vs procrastination
Lotería vs her morning elegance
Movistar vs D.A.N.C.E
Movistar vs Daft Hands
Movistar vs PikaPika
Sony vs KozyNDan1 KozyNDan2

Definitivamente sigo sin creer en las coincidencias, y además, si pagan miles de millones por una canción de los Rolling ¿porqué no pagar también por una idea?

jueves

Por suerte para las perdices ellos nunca fueron felices

Hoy mi padre se ha comprado un ordenador para jugar al solitario. Me imagino que lo habrá hecho para joder a mi madre. Llevan todo el día enfadados. A mi me apetecía tener ordenador y dejar de ir al de la biblioteca municipal que además huele a sobaco, por eso he preferido evitar enfrentamientos.
Mi madre le ha estado insultando durante dos horas seguidas. Le ha dicho “idota que eres un idiota” y también “imbécil que eres un imbécil”, me acuerdo porque mientras mi madre los gritaba yo lo he ido escribiendo en el ordenador, pero como escribo muy lento y mi madre habla muy rápido no he sido capaz de anotarlos todos. De todas formas no es un secreto que mi madre no tiene habilidad especial para los insultos, prefiere las voces y los chantajes del tipo “a partir de ahora vas a follar con el ordenador”. ¿Mis padres follan?
Yo supongo que los de la tienda de ordenadores habrán timado a mi padre. Me imagino a un hombre con cara de desgraciado y pinta de instalador de aire acondicionado buscando desesperadamente un ordenador con solitario. Si yo fuese el vendedor de ordenadores no me lo hubiese pensado dos veces. “Pase, pase, ha venido al sitio adecuado, aquí tenemos el ordenador que usted necesita” ¿Qué usted necesita? ¿Estamos hablando del mismo hombre? Podrían haberle vendido una tostadora.
A mí, mi padre me gusta, vamos que no me molesta. Es como un mueble más del salón. Nunca levanta la voz, y cuando se cabrea hace cosas estúpidas que siempre terminan en catástrofe, pero suele ser muy de vez en cuando. Sabemos lo que esperamos el uno del otro. Él sabe que yo no seré ingeniero de caminos industriales y yo no espero que él me enseñe a jugar al béisbol en el césped del jardín, mientras que nuestro precioso golden retriever a cámara lenta nos roba la pelota. Entre otras cosas porque no tenemos ni perro, ni jardín. Aunque una vez una gata preñada medio moribunda se coló por la ventana para parir en nuestra cocina. Yo desde entonces, siempre cuento que tuvimos una gata.
Mi madre ya es otra cosa, su incapacidad para asumir la vejez con dignidad la ha llevado ha convertirse en una mala imitación de Norma Duval. Por eso, se empeña tanto en parecer una puta. Recuerdo con exactitud el día de mi comunión, el plato fuerte eran croquetas congeladas. El olor a fritanga incomodaba a los invitados. Y mi madre me obligaba a pasear los platos de plástico con los calamares fríos porque si nadie se los comía los íbamos a tener que cenar. Desde aquel día, espero con ilusión el momento en el que se largue con algún vendedor de seguros, de esos con peluquín y cara de putero insaciable.
Respecto a mí, los granos me hacen perder toda mi autoridad. En la pubertad, tener granos es la fiel prueba de que eres idiota. Todo cambiaría si tuviese moto. Con granos y moto uno ya puede permitirse el lujo de entrar en el mercado. Jodido lo tienen los de gafas y aparato. Aunque yo no lo llevo del todo mal, en Internet he conocido a una mejicana con unas tetas gigantes que me ayuda ha sobrellevar el día a día.
La he prometido que algún día iré a verla y me quedaré dormido entre sus tetas...

lunes

Los hermanos martínez

Ahora, unos meses más tarde, dudo totalmente de la eficacia de mi campaña, en realidad, dudo de la eficacia de cualquier campaña destinada a concienciar y convencer a los niños sobre lo importante que es y será la lectura a lo largo de su vida.

Podemos demostrar, jugar, informar, sobre este hecho. Pero creo que ni aunque el mismísimo bob esponja apareciese en su habitación para decírselo en persona, serían capaces de crear un hábito que no tienen.

Quizás confundimos el público, posiblemente la efectividad aumentaría si nos hubiésemos dirigido a padres y madres. Son ellos quienes, desde mi humilde opinión, tienen la responsabilidad de poco a poco ir creando sus diminutos pero importantes valores, su sentimiento de conciencia y por supuesto, sus conductas, ya sea lavarse los dientes después de las comidas, o leer un par de páginas de aquel libro que le regalaron por su cumpleaños y del que apenas se acuerda.

Aun así, creo en la potencia de mi mensaje, pienso de corazón que leer te hace cada día un poquito más libre y si quienes te lo dicen son los Hermanos Martínez, pues mejor que mejor...



La familia martínez

miércoles

La historia de cómo conocimos a Carlitos y Patricia

Entre menú y menú de la facultad surgió la idea. Ese día tocaba paella. De estas paellas que confeccionan única exclusivamente para menús universitarios. Paellas con detodo, mejor no indagar en los ingredientes pero yo un día me encontré un trozo de rollito primavera. El caso es que decidimos poner a prueba nuestro innato poder de convicción y enviar un mail a Carlitos y Patricia, la idea era ir a conocerlos, teníamos pensado viajar a Barcelona para asistir a el día C y otros asuntos personales que no mencionaré (playa, compras, chicos guapos) pero como las compañías aéreas no paraban de aterrorizarnos con sus desorbitados precios, necesitábamos ese empujoncito para decidir definitivamente gastarnos todo nuestro dinero previsto para el mes de mayo durante los últimos días de abril, y así estar los próximos 30 días alimentándonos a base de pasta y arroz.
Nuestro mail reunía las cualidades necesarias para ser leído y no contestado, o ni si quiera leído ni contestado. No se en qué momento imaginamos que con nuestro cordial y aburrido asunto: “alumnos publicidad salamanca”, pretendíamos despertar el interés de unos creativos muy creativos a los que seguro que se les ocurren asuntos para sus mails mucho más divertidos. Como siempre, las cosas nos salen al contrario de como imaginamos, y unas horas después, en mi bandeja de entrada repleta de spam y publicidad sobresalía un prometedor mail. La total naturalidad y la rapidez con la que nos contestaron se nos fue un poco de las manos. Empezamos a maquinar cosas. Sólo diré que en nuestra cabeza había disfraces y cerdos, muchos cerdos. Finalmente y tras una cálida despedida a nuestro saldo en la tarjeta de crédito compramos billetes: aceptar, aceptar, tasas, impuestos, aceptar, seguro: no gracias no quiero seguro, comprar, pagar: ¡Nos vamos a Barcelona!
Por suerte todos nuestros descabellados planes se disuelven con los días y logramos poner los pies en la tierra: decidimos encargar un típico hornazo salmantino con la inscripción “Carlitos y Patricia” y un simpático y sonriente cerdito dibujado, así como con masa de empanada. No se nos ocurría mejor ejemplo posible para demostrar que del cerdo se aprovecha todo y aquí en Salamanca son unos auténticos expertos en el arte del aprovechamiento porcino. (Véase la jeta o los propios ingredientes del hornazo). La artista pastelera pensó que como el orden de los factores no alteraba el producto prefería poner “Patricia y Carlitos” y el pobre cerdito no estaba tan contento como habíamos imaginado, seguro que no le hacía mucha gracia que nos lo fuésemos a comer.
El olor del hornazo nos acompañó durante todo el viaje. A la mañana siguiente los nervios empezaron a aparecer, estábamos justo al lado, por lo que decidimos ir a desayunar a un bar cercano para así preparar las preguntas. 12’20 de la mañana, ya estábamos en la calle de la casita de Carlitos y Patricia, el número de la puerta no aparecía por ningún sitio pero por la decoración de su balcón se hacía evidente que ya habíamos llegado. El portero nos despejó las pocas dudas que teníamos “si queréis grabar el primer cerdo que os encontrareis, aquí tenéis el del buzón” y efectivamente allí estaba. Con cámara en mano subimos las escaleras y su famoso felpudo nos dio la bienvenida a su más que nunca república independiente. Justo antes de entrar, Marina dijo que les diésemos nuestras sudorosas manos como saludo, idea que, momentos después desapareció cuando nos dieron dos enormes besos. La casita era impresionante, nos sentamos en el sofá de la siesta a esperar a que viniesen, mientras tanto nos ofrecieron de todo, hasta cerveza. Por nervios y quizás vergüenza rechazamos lo brindado, aunque yo me estaba muriendo de sed, en seguida desobedecieron nuestras palabras y aparecieron con agua fresquita y un plato de pistachos. Qué buen rollo. Yo no paraba de sudar y me abalancé hacia los vasos de agua. Mientras esperábamos observamos las cosas que había por allí. Junto a la chimenea había unos palos de golf. ¿Jugarán al golf? Pues no les pega nada.
No se cuanto tiempo después ya estábamos como en nuestra propia casa. Nos hicieron sentir muy a gusto. Carlitos es como si fuese tu primo, cercano, amable y gracioso, y Patricia es dulce como un caramelo.
Les dimos el hornazo y les encantó. Se hicieron fotos mientras lo habrían y a la hora de partirlo avisaron a todos los que estaban por allí para que probasen un trozo. Parecía ser que a todos se nos olvidó lo de la operación bikini.
Después nos contestaron a todas las preguntas que les hicimos, incluida la de si jugaban al golf, y estábamos en lo cierto, no jugaban al golf, nos pasearon por su casa, enseñándonos habitación por habitación y para rematar nos pusieron las clásicas narices de cerdo para posar para su blog.
Fue una experiencia muy enriquecedora y agradable.
Yo de mayor quiero ser como ellos.
Para contar la parte fea de la historia tengo que trasladarme a unos días más tarde, el sábado, nuestro último día en Barcelona, justo antes de volver a casa. Celebrábamos con una cerveza bien fría el fin de nuestro viaje y un malísimo individuo apareció en el bar llevándose mi bolso y nuestra ilusión. En el bolso estaba la cámara y todo el material audiovisual que teníamos para recordar este grandísimo viaje. Es por eso y no por otra cosa por lo que me he visto obligada a transcribir con el máximo detalle lo que nos ocurrió en Barcelona.