miércoles
última hora
Tres expertos en este tema, gobiernan y administran la carnicería de debajo de mi casa. Embutidos, pollería y carnicería son los tres ministerios que la componen.
Estos líderes mundiales son espontáneos y campechanos y la media de “guapas” es invariable ya que no existe proporcionalidad alguna a la cantidad de compra. Política social, que se llama, puesto que sus medidas populistas alcanzan la autoestima de cualquier mujer.
Sólo hay que reparar en la larga cola de mujeres que con un clinex en una mano y el corazón destrozado en la otra, esperan impacientes su turno de gloria para saber que allí no se va a comprar carne.
Disfrutan viendo cómo deshuesan y descuartizan a un cerdo con sus afilados cuchillos y cegadas por el desafecto se suman a la compraventa de halagos mientras fingen adquirir chorizos para el cocido de mañana.
viernes
Las siete de la tarde
martes
Las 7 de la tarde
jueves
Piedra, papel o tijera
viernes
El mercadillo de mi pueblo
Justo al principio del inicio, en el km 0 del mercadillo, se encuentra la iglesia de Santiago, monumento austero de arquitectura parca y paredes blancas, la tradición de ir a tocar la campana para pedirle al santo marido y poder casarse pronto y bien, la mantienen con vida y en plena actividad.
Mi madre compra mi silencio con 100 gramos de aceitunas “machás” y luego ya tiene vía libre para humillarme en el puesto de las taras de lacrose o blueberri y hacerme probar un vestido de Nochevieja 7 temporadas a.C pasadas en la furgoneta del gitano. Yo ignoro sus comentarios acerca de mis bragas y humilladamente digna salgo de la furgoneta para intentar olvidar lo que acaba de suceder allí dentro.
Una cruelísima nostalgia me hace recordar uno de mis lugares favoritos de antaño. Los pollos de colores. Delante de la iglesia e irónicamente a unos cuantos pasos de la salvación divina, estaban esas jaulas de pollitos radiactivos que gritaban histéricos pidiendo misericordia y una muerte digna, alejada de las manos de cualquier cándido chaval de 7 años a el cual las 12 horas de dibujos animados infames le han regalado un bonito trastorno hiperactivo con tendencia asesina. El chaval tendrá más suerte que el pollito y dentro de 50 años podrá jubilarse prematuramente por haber sido una generación expuesta a las radiaciones de Bob Esponja. Pero pobre pollito.
En vez del puesto de los pollos ahora hay un puesto de turrones. Sí. Durante todo el año. Creo y no quisiese pecar de fanatismo local, pero puedo decir con la cabeza bien alta y total seguridad, que mi pueblo es el único sitio en el mundo en donde puedes comprar turrones, mazapanes y polvorones un 24 de agosto a 35 grados. Me extraña que la concejalía de turismo aún no haya evaluado la posibilidad de explotar este tirón para incitar al turismo a consumir y a vivir esta experiencia extrema en cualquier época del año. Pero como últimamente veo el tema un poco parado quería contaros de primera mano todo lo que podéis vivir en un solo día, a ver si os animabais a conocerlo.
Por cierto, un aviso, la gente de mi pueblo siempre te va a ver más gorda. Aunque no te conozcan, aunque no te hayan visto nunca, aunque tengas problemas de anorexia nerviosa. Es algo que tienen en sus retinas. Un extraño ojo de pez, supongo que producto de la dilatación ocular del calor en sus ojos por las gafas de sol marca Ban Ray que vende el gitano guapo del penúltimo puesto. Pero no es cierto. No te vengas abajo que tu exhaustiva dieta de pasta y arroz durante 5 años consecutivos ¡funciona!
Angela Merkel, si puedes oírme, manda poner papeleras en Villanueva de la Serena.
miércoles
Marlene, la vecina soprano. 1
Casados, solteros, jóvenes, viejos, guapos, feos, pero todos con tarjetas de crédito dispuestos a engordar las comisiones y la cama de la bonita de Marlene.
domingo
17 cm
- Por eso está contigo. Eres un idiota.
lunes
Salva al granjero
Me gustaría proponer una cosa. Primero alcarar que la idea no es mía, he visto ya varias propuestas parecidas, una de ellas "Carlitos y Patricia" en el día de Sant Jordi hicieron algo parecido titulado "1010 WAYS TO BUY (A BOOK) WITHOUT MONEY"
domingo
viernes
Gazpacho
Mi memoria actual es muy parecida a la receta original del gazpacho andaluz. Puedes eliminar los ingredientes que no te gustan. Debes customizarlo a tu antojo, porque recordar a veces es doloroso y otras imposible. El mío no lleva ni cebolla ni pepino. No sé en que piensan estos andaluces, todo el mundo sabe que el ajo y la cebolla son incompatibles.
domingo
Felicidades
viernes
miércoles
Ironía dice:
lunes
miércoles
Los ireyes
El día de hoy pasará a la historia como el día en el que sus majestuosas majestades de oriente me trajeron un cigarro electrónico desechable.
Para nada me gustaría menospreciar el esfuerzo de sus majestades porque en realidad es un regalo terriblemente práctico y actual. Podría incluso decir que, a día de hoy, 6 de enero de 2011 d.c, o Día 4 del año 0 d.l.a.t (después de ley antitabaco), el cigarro electrónico es al fumador lo que la Xbox 260 revolution 3D desechable, a un chaval de 12 años? Al final he decidido poner un interrogante, puesto que no estoy muy segura ni de que la Xbox 260 revolution 3D desechable exista, todavía, ni de que esa dudosa afirmación sea cierta.
Realmente aprecio la preocupación y el interés que tanto el actual gobierno como sus majestades los reyes de oriente muestran por mi salud, pero me estoy agobiando.
No me gustaría dramatizar, pero no quiero que mi próximo regalo de reyes sea una sesión de quimioterapia. Entonces, podría hacer chistes de que una sesión de quimioterapia es a un fumador lo que a una madre trabajadora con siete hijos una sesión de spá y relajación en un monasterio de monjes budistas en las montañas del Tibet. Seguramente no tendría ni puta gracia. Pero sí. Hoy quiero frivolizar contigo cáncer, porque te tengo miedo.
Es bastante repugnante ver como las compañías farmacéuticas se frotan las manos mientras yo fumo de un absurdo palo con sabor a intento de vainilla al cual muy acertadamente para sus cajas registradoras le han llamado cigarro electrónico, vamos, igual de repugnante que ver como las compañías tabacaleras se frotaban las manos mientras que cientos de miles de millones de personas fumaban de un absurdo palo al que muy acertadamente llamaron cigarro. Pero es curioso como ahora no hay nada que mole más que el término electrónico, o en su defecto ponerle la tan rentable y futurista –i- a cualquier cosa, mientras más tonta, mejor. Seguro que no hace falta que os recuerde el i-pañal de los i-baby.
No se engañen, seguimos siendo los mismos ingenuos que hace 30 años cuando cantábamos orgullosos tu serás mi baby y abríamos la puerta a todo lo que nos sonaba a americano y a moderno.
Dejando detalles al margen, sigo sin tener una posición concreta sobre el tema. Todo depende de la perspectiva con la que se mire. Y valga una reflexión filosófica del montón, yo no soy solo lo que soy, también soy todo lo demás, no por ser fumadora dejan de afectarme las circunstancias de los demás, pero es más complicado de lo que parece.
Además, no me gustan las batallas campales, ni entre republicanos contra monárquicos, ni entre belén esteban contra la campanario y por supuesto, tampoco entre fumadores y no fumadores, aunque en los debates televisivos se intente ocultar torpemente este hecho metiendo a un fumador entre los proleyantitabaco.
A usted también le han jodido señor, y a usted también le acojona decirle a un no fumador que no le gusta no poder fumarse el cigarro cuando baja de la oficina para tomarse el café, cuando posiblemente ha crecido con un padre que se fumaba su medio paquete de Ducados en el trayecto Badajoz-Huelva y que a nadie se le ocurriese decirle que bajase la ventanilla.
Eso es, somos unos egoístas, pero nos han enseñado tan bien a serlo, que ahora es muy difícil dejarlo.
Yo tampoco quiero que me tachen de antidemocrática y que me vuelvan a repetir la frase top 100 más escuchada esta semana: mi libertad acaba cuando empieza la del otro, pero es lo que hay.
Por último darle la enhorabuena a estos renovados i-reyes que han tenido el detalle de pasar este año por mi casa. Por un lado por como me asombra la forma en la que son capaces de fusionar la modernidad de los tiempos con la tradición ancestral que les precede, me hubiese encantado ver las alforjas de los camellos abarrotadas de ipads, y de e-books, además los establecimientos de compro oro deben de estar muy contentos con ustedes, apuesto a que pronto aparecerán como champiñones los sitios de compro incienso y compro mirra. Y también por mi regalo, agradecerles el ya mencionado cigarro electrónico desechable, porque aunque nunca pensé que estas tres palabras juntas significasen algo, a partir de hoy, voy a dejar de fumar.
lunes
sábado
Copia o inspiración
Esta entrada está dedicada a todas las grandes ideas, esas ideas de otros pero que te hubiese encantado tener a ti primero. Grandes ideas, ejecutadas de una forma brillante y que además tienen algo más, algo especial, algo indescriptible, y algo que por suerte, diferencia la copia del original, y que hacen evidente lo complicado que es llegar a la inspiración y lo fácil que es caer en la fea tentación del plagio.
Yo lo dejo caer, por si las casualidades de la vida vuelven a aparecer y mañana viene movistar o loterías del estado con un spot superoriginal, que sepais que estos jefes ya lo hicieron antes.
70 Million by Hold Your Horses ! from L'Ogre on Vimeo.
Y ahora os dejo juzgar por vosotros mismos:
BMW vs procrastination
Lotería vs her morning elegance
Movistar vs D.A.N.C.E
Movistar vs Daft Hands
Movistar vs PikaPika
Sony vs KozyNDan1 KozyNDan2
Definitivamente sigo sin creer en las coincidencias, y además, si pagan miles de millones por una canción de los Rolling ¿porqué no pagar también por una idea?
jueves
Por suerte para las perdices ellos nunca fueron felices
Mi madre le ha estado insultando durante dos horas seguidas. Le ha dicho “idota que eres un idiota” y también “imbécil que eres un imbécil”, me acuerdo porque mientras mi madre los gritaba yo lo he ido escribiendo en el ordenador, pero como escribo muy lento y mi madre habla muy rápido no he sido capaz de anotarlos todos. De todas formas no es un secreto que mi madre no tiene habilidad especial para los insultos, prefiere las voces y los chantajes del tipo “a partir de ahora vas a follar con el ordenador”. ¿Mis padres follan?
Yo supongo que los de la tienda de ordenadores habrán timado a mi padre. Me imagino a un hombre con cara de desgraciado y pinta de instalador de aire acondicionado buscando desesperadamente un ordenador con solitario. Si yo fuese el vendedor de ordenadores no me lo hubiese pensado dos veces. “Pase, pase, ha venido al sitio adecuado, aquí tenemos el ordenador que usted necesita” ¿Qué usted necesita? ¿Estamos hablando del mismo hombre? Podrían haberle vendido una tostadora.
A mí, mi padre me gusta, vamos que no me molesta. Es como un mueble más del salón. Nunca levanta la voz, y cuando se cabrea hace cosas estúpidas que siempre terminan en catástrofe, pero suele ser muy de vez en cuando. Sabemos lo que esperamos el uno del otro. Él sabe que yo no seré ingeniero de caminos industriales y yo no espero que él me enseñe a jugar al béisbol en el césped del jardín, mientras que nuestro precioso golden retriever a cámara lenta nos roba la pelota. Entre otras cosas porque no tenemos ni perro, ni jardín. Aunque una vez una gata preñada medio moribunda se coló por la ventana para parir en nuestra cocina. Yo desde entonces, siempre cuento que tuvimos una gata.
Mi madre ya es otra cosa, su incapacidad para asumir la vejez con dignidad la ha llevado ha convertirse en una mala imitación de Norma Duval. Por eso, se empeña tanto en parecer una puta. Recuerdo con exactitud el día de mi comunión, el plato fuerte eran croquetas congeladas. El olor a fritanga incomodaba a los invitados. Y mi madre me obligaba a pasear los platos de plástico con los calamares fríos porque si nadie se los comía los íbamos a tener que cenar. Desde aquel día, espero con ilusión el momento en el que se largue con algún vendedor de seguros, de esos con peluquín y cara de putero insaciable.
Respecto a mí, los granos me hacen perder toda mi autoridad. En la pubertad, tener granos es la fiel prueba de que eres idiota. Todo cambiaría si tuviese moto. Con granos y moto uno ya puede permitirse el lujo de entrar en el mercado. Jodido lo tienen los de gafas y aparato. Aunque yo no lo llevo del todo mal, en Internet he conocido a una mejicana con unas tetas gigantes que me ayuda ha sobrellevar el día a día.
La he prometido que algún día iré a verla y me quedaré dormido entre sus tetas...
lunes
Los hermanos martínez
Ahora, unos meses más tarde, dudo totalmente de la eficacia de mi campaña, en realidad, dudo de la eficacia de cualquier campaña destinada a concienciar y convencer a los niños sobre lo importante que es y será la lectura a lo largo de su vida.
Podemos demostrar, jugar, informar, sobre este hecho. Pero creo que ni aunque el mismísimo bob esponja apareciese en su habitación para decírselo en persona, serían capaces de crear un hábito que no tienen.
Quizás confundimos el público, posiblemente la efectividad aumentaría si nos hubiésemos dirigido a padres y madres. Son ellos quienes, desde mi humilde opinión, tienen la responsabilidad de poco a poco ir creando sus diminutos pero importantes valores, su sentimiento de conciencia y por supuesto, sus conductas, ya sea lavarse los dientes después de las comidas, o leer un par de páginas de aquel libro que le regalaron por su cumpleaños y del que apenas se acuerda.
Aun así, creo en la potencia de mi mensaje, pienso de corazón que leer te hace cada día un poquito más libre y si quienes te lo dicen son los Hermanos Martínez, pues mejor que mejor...
La familia martínez
miércoles
La historia de cómo conocimos a Carlitos y Patricia
Nuestro mail reunía las cualidades necesarias para ser leído y no contestado, o ni si quiera leído ni contestado. No se en qué momento imaginamos que con nuestro cordial y aburrido asunto: “alumnos publicidad salamanca”, pretendíamos despertar el interés de unos creativos muy creativos a los que seguro que se les ocurren asuntos para sus mails mucho más divertidos. Como siempre, las cosas nos salen al contrario de como imaginamos, y unas horas después, en mi bandeja de entrada repleta de spam y publicidad sobresalía un prometedor mail. La total naturalidad y la rapidez con la que nos contestaron se nos fue un poco de las manos. Empezamos a maquinar cosas. Sólo diré que en nuestra cabeza había disfraces y cerdos, muchos cerdos. Finalmente y tras una cálida despedida a nuestro saldo en la tarjeta de crédito compramos billetes: aceptar, aceptar, tasas, impuestos, aceptar, seguro: no gracias no quiero seguro, comprar, pagar: ¡Nos vamos a Barcelona!
Por suerte todos nuestros descabellados planes se disuelven con los días y logramos poner los pies en la tierra: decidimos encargar un típico hornazo salmantino con la inscripción “Carlitos y Patricia” y un simpático y sonriente cerdito dibujado, así como con masa de empanada. No se nos ocurría mejor ejemplo posible para demostrar que del cerdo se aprovecha todo y aquí en Salamanca son unos auténticos expertos en el arte del aprovechamiento porcino. (Véase la jeta o los propios ingredientes del hornazo). La artista pastelera pensó que como el orden de los factores no alteraba el producto prefería poner “Patricia y Carlitos” y el pobre cerdito no estaba tan contento como habíamos imaginado, seguro que no le hacía mucha gracia que nos lo fuésemos a comer.
El olor del hornazo nos acompañó durante todo el viaje. A la mañana siguiente los nervios empezaron a aparecer, estábamos justo al lado, por lo que decidimos ir a desayunar a un bar cercano para así preparar las preguntas. 12’20 de la mañana, ya estábamos en la calle de la casita de Carlitos y Patricia, el número de la puerta no aparecía por ningún sitio pero por la decoración de su balcón se hacía evidente que ya habíamos llegado. El portero nos despejó las pocas dudas que teníamos “si queréis grabar el primer cerdo que os encontrareis, aquí tenéis el del buzón” y efectivamente allí estaba. Con cámara en mano subimos las escaleras y su famoso felpudo nos dio la bienvenida a su más que nunca república independiente. Justo antes de entrar, Marina dijo que les diésemos nuestras sudorosas manos como saludo, idea que, momentos después desapareció cuando nos dieron dos enormes besos. La casita era impresionante, nos sentamos en el sofá de la siesta a esperar a que viniesen, mientras tanto nos ofrecieron de todo, hasta cerveza. Por nervios y quizás vergüenza rechazamos lo brindado, aunque yo me estaba muriendo de sed, en seguida desobedecieron nuestras palabras y aparecieron con agua fresquita y un plato de pistachos. Qué buen rollo. Yo no paraba de sudar y me abalancé hacia los vasos de agua. Mientras esperábamos observamos las cosas que había por allí. Junto a la chimenea había unos palos de golf. ¿Jugarán al golf? Pues no les pega nada.
No se cuanto tiempo después ya estábamos como en nuestra propia casa. Nos hicieron sentir muy a gusto. Carlitos es como si fuese tu primo, cercano, amable y gracioso, y Patricia es dulce como un caramelo.
Les dimos el hornazo y les encantó. Se hicieron fotos mientras lo habrían y a la hora de partirlo avisaron a todos los que estaban por allí para que probasen un trozo. Parecía ser que a todos se nos olvidó lo de la operación bikini.
Después nos contestaron a todas las preguntas que les hicimos, incluida la de si jugaban al golf, y estábamos en lo cierto, no jugaban al golf, nos pasearon por su casa, enseñándonos habitación por habitación y para rematar nos pusieron las clásicas narices de cerdo para posar para su blog.
Fue una experiencia muy enriquecedora y agradable.
Yo de mayor quiero ser como ellos.
Para contar la parte fea de la historia tengo que trasladarme a unos días más tarde, el sábado, nuestro último día en Barcelona, justo antes de volver a casa. Celebrábamos con una cerveza bien fría el fin de nuestro viaje y un malísimo individuo apareció en el bar llevándose mi bolso y nuestra ilusión. En el bolso estaba la cámara y todo el material audiovisual que teníamos para recordar este grandísimo viaje. Es por eso y no por otra cosa por lo que me he visto obligada a transcribir con el máximo detalle lo que nos ocurrió en Barcelona.